Falta muy poco para el Día de la Madre, una de las fechas más especiales del ámbito familiar. En pleno corazón de la primavera, el primer domingo de mayo se convierte en una jornada dedicada por entero a manifestar amor y reconocimiento hacia el pilar fundamental de la mayoría de las familias. Rendir homenaje a toda una vida como madre puede ser bastante difícil, especialmente, si hablamos de hijos que cuentan con una personalidad indecisa a la hora de escoger un buen regalo.
En realidad, es comprensible. Cada madre es un mundo y a veces acertar puede ser bastante complicado, sobre todo si de lo que se trata es de hacer un regalo inolvidable. No obstante, si hablamos de una madre apasionada por el mundo de la decoración, la situación puede cambiar porque existe un regalo con el que seguro acertarás. Un regalo que es capaz de evocar emociones especiales y al que se recurre desde la más remota antigüedad.
Si tu madre siente especial predilección por el universo de la decoración, probablemente una planta sea el regalo más apropiado y una de las sorpresas que mayor ilusión podrían generarle. No solo por su evidente carácter práctico y sus posibilidades a nivel estético y decorativo, también porque las plantas son un elemento vivo que expresa vitalidad, alegría y más imágenes simbólicas relacionadas con el concepto de crecimiento, creatividad, amor y florecimiento.
Una planta es una excelente alternativa por muchos motivos. Las plantas constituyen un elemento indispensable dentro de la mayoría de estrategias decorativas. ¿La razón? En realidad, existen varias. Por un lado, proporcionan un matiz de frescura y se convierten en un vínculo de conexión con la naturaleza. Por otro, funcionan como un recurso cromático perfecto para complementar o enriquecer la paleta de colores de un determinado entorno.
Sin embargo, dentro del mercado podemos encontrar una amplia variedad de plantas y flores decorativas. Dicha diversidad puede generar cierta indecisión, especialmente, si no contamos con conocimientos sobre las implicaciones de cada especie. ¿Qué planta regalar por el día de la madre entonces? Aunque existen varias alternativas que están asociadas de forma indirecta o indirecta a los vínculos familiares y al amor incondicional, podríamos destacar dos tipos de planta tradicionalmente asociados con el Día de la Madre:
Lirio
Su presencia alrededor de todo el mundo le ha convertido en una de las plantas con más connotaciones simbólicas universales. Podemos encontrar lirios en Korea, japón, Rusia, Grecia o Estados Unidos, pero también de muchos colores. Existen lirios rosas, blancos, azules, amarillos…
En cualquier región hacen referencia a una serie de conceptos directamente relacionados con la figura de la madre: la lealtad, la feminidad, el amor, la pureza o la alegría. Puedes comprarlos en famosos empresas especializadas en el envío de flores como Interflora.
Clavel
Su origen se contextualiza en la costa mediterránea. Adquirió popularidad en la época de la antigua Roma, donde ya se creaban perfumes de clavel. Con el paso de los siglos, esta flor fue integrándose cada vez con mayor intensidad dentro del arte hasta convertirse en un poderoso símbolo asociado a la Virgen María y, en última instancia, al concepto de maternidad, aquí puedes saber más.
Al igual que ocurre con los lirios, los claveles están presentes en una gran variedad de tonalidades, por lo que es una planta realmente versátil y cuyo simbolismo puede variar atendiendo al color.
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