The Hoxton, Amsterdam es, sin duda, el hotel que más me ha emocionado en mucho tiempo.
Abierto en julio de 2015, es el tercer hotel de esta compañía; el primero lo abrió en Shoreditch, un barrio de lo más in en Londres, el segundo en Holborn, también en Londres, y próximamente abrirá dos nuevos hoteles (en New York y en París).
The Hoxton pone especial cuidado no solo en mantenerse fieles al espíritu de la compañía (excepcional servicio, buena relación calidad-precio y nada de precios desorbitados en el mini bar, internet o las llamadas telefónicas) sino también en la ambientación.
No hay nada más importante en un hotel que sentirse como en casa. Y en The Hoxton Amsterdam han conseguido un ambiente único y acogedor.
Situado en el barrio Grachtengordel-West, ocupa cinco casas entre los canales Herengracht (considerado el más bonito de la ciudad) y Singel, y te puedes imaginar que las vistas desde las habitaciones son excepcionales, como excepcionales son las casas que ocupa: durante el siglo XVII, una de las casas era la residencia del alcalde de la ciudad, y eso se nota en los detalles de los interiores que se han restaurado, como los techos de las Concept Room Fruity y Floral, que conservan las filigranas originales; estas dos habitaciones son bastante diferentes al resto, ya que mantienen una decoración más bien burguesa y clásica acorde con el tipo de edificio que fue.
Sus 111 habitaciones están divididas en cuatro categorías: Shoebox (caja de zapatos), Cosy (acogedora), Roomy (espaciosa) y Concept Room (diseñadas individualmente y bautizadas como Fruity, Tubby y Floral).
El estudio que se ha encargado del interiorismo, Nicemakers, con Joyce Urbanus y Dax Roll al frente, tiene experiencia en proyectos comerciales como los Salad Bar SLA (por los que han recibido varios premios), Carter Bar&Kitchen, Den Burgh Restaurant, Hugo’s y también en residencias privadas. Te recomiendo que le eches un vistazo a sus proyectos, porque no tienen desperdicio.
Nicemakers ha creado un ambiente urbano y elegante, de aires mid-century modern, con mobiliario tan característico de este estilo como las butacas de estilo danés, las lámparas vintage y los colores intensos y penetrantes (¿recuerdas los moody colors?), como el azul vibrante de algunas habitaciones, o los pastel como el dusty mint.
El hecho de ubicar el hotel en unas casas ya existentes, lo ha dotado de peculiaridades que, lejos de ser una traba, se han convertido en una característica única del hotel, sacando todo el partido a los espacios de plantas irregulares, o a los elementos estructurales del piso superior.
En el piso superior se sitúa una habitación con mucho encanto, la Concept Room Tubby, por las vigas y cornisas al descubierto, y por una pieza única que le da nombre: la bañera (tub en inglés) de patas de garra.
El suelo de madera oscuro en espiga; los espejos cobrizos en forma de hexágono; las paredes pintadas en dos o más colores; el mobiliario vintage e industrial, como el colgador de metal y madera para la ropa o las tuberías de cobre del baño que a la vez son toalleros calefactados; los azulejos tipo metro de zonas comunes como los pasillos, restaurante o la recepción, en varios colores, así como la importancia del negro en estas mismas zonas y el papel protagonista de la madera, el cuero y el metal despiertan las emociones de los visitantes.
Cabe destacar también el papel de los textiles en tonos neutros, así como otros elementos de la habitación, siguiendo el estilo industrial y retro, como las lámparas de latón, la radio (imitando a un pequeño amplificador), el teléfono con dial de rueda en color mostaza y el armarito con puerta de rejilla metálica con la palabra Crap (porquerías, por traducirlo de alguna manera), es decir, pequeñas cosas como las tazas del hotel, bolígrafos, papel, abridor de botellas…
En este tipo de cosas (el hecho de llamar a un mueble Crap) se nota una vez más el espíritu simpático y joven del hotel, que también ofrece Wi-Fi gratis en las habitaciones, así como una hora de llamadas a todo el mundo, leche y agua gratis en el mini
bar y un desayuno rápido que cada mañana las Breakfast fairies (hadas del desayuno) dejan en una bolsa colgada de la puerta de cada habitación con yogur, granola, plátano y zumo.
El baño también contribuye a la belleza y al aspecto retro de las habitaciones. Con azulejos blancos colocados en patrón de parquet y juntas negras, lavabos y grifos de estilo antiguo y en general, mucho blanco, negro y tonos cobrizo y bronce, no pasan desapercibidos.
Este fantástico hotel (¿te has enamorado ya de este lugar?) tiene más espacios a disposición no solo de los huéspedes, sino de todo el mundo: un restaurante en la planta baja, el Lotti’s, regentado en colaboración con Soho House & Co.; The Apartment, un espacio nada convencional para eventos y reuniones y un bar en la mezzanina, el Up Top, donde sirven cafés y cócteles.
El Lotti’s ofrece cocina de temporada con influencias italianas y holandesas en un ambiente de lo más cálido que invita a pasar el rato.
En el bar Up Top, situado en un entresuelo por encima del restaurante, se sirven cafés y cócteles.
The Apartment está decorado y distribuido emulando una casa particular; se compone de una sala de estar (sala de reuniones), una librería y estudio (también sala de reuniones), una sala de juegos, una cocina y un patio interior con mucha luz.
Está pensado para albergar reuniones y comidas de empresa o particulares, conferencias… y también fiestas de hasta 130 personas.
Como ves, no hay nada estándar ni convencional en The Hoxton Amsterdam. Todo está pensado para despertar los sentidos de los huéspedes y hacer su estancia memorable.
Y si vas a visitar Amsterdam próximamente, ya sabes que puedes alojarte o simplemente pasarte a tomar una copa por The Hoxton.
Herengracht 255. 1016BJ Amsterdam
Todas las imágenes son de la web del hotel The Hoxton y de la web de los interioristas Nicemakers, a excepción de las que se indica expresamente otra fuente.
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