Antiguamente, la escritura a mano se consideraba un signo de prestigio, educación y cultura. Hoy en día, acostumbrados cada vez más a los ordenadores, móviles y demás cachivaches que escriben todo por nosotros, estamos dejando de lado el arte de la caligrafía. Sin embargo, en el arte y en el diseño gráfico siempre ha habido un cierto empeño en darle protagonismo al poder de las tipografías y al diseño creativo de las mismas.
Hicimos un taller dividido en dos partes; una más centrada en la parte caligráfica, esto es, escribir a mano siguiendo una pauta y acorde a unas normas; y otra, donde profundizamos más en la parte de lettering, más centrada en el diseño y donde partimos de una base que es el texto o las letras, y a partir de ahí los redibujamos las palabras añadiendo los elementos que más nos gusten. Podemos jugar con el ancho de los trazos, añadir florituras, etc.
Los materiales que usamos fueron un pincel, tinta y papel resistente. Para empezar, practicamos primero dibujando una misma letra, siguiendo una pauta o plantilla.
Una vez fuimos adquiriendo destreza en la pincelada, seguimos practicando con otras letras. Cuando teníamos ya más soltura, nos lanzamos a practicar con palabras, y luego una composición. Ensayamos primero con el pincel y cuando llegamos a algo que nos gustó, lo usamos como definitivo y redibujamos a lápiz con el papel vegetal encima, ajustando imperfecciones que queríamos corregir.
Después, solo hay que pasar a tinta, escanear, limpiar y vectorizar. Así fue cómo se hizo nuestro propio logo. El resultado, lo puedes juzgar tú mismo 🙂
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