En las latas de leche de coco, la parte de la grasa se encuentra separada de la más líquida, tienes que mezclarlo para conseguir una textura uniforme y cremosa, para ello lo mejor es verter el contenido en una cacerola y calentarlo un poco a fuego suave sin que llegue a hervir.

Deja atemperar y mézclalo con el coco rallado para rehidratarlo. Reserva.

Pon los 250 g de azúcar con los 50 g de agua en una olla de acero inoxidable, remueve bien hasta que esté todo el azúcar húmedo y ponlo a fuego lento. Llévalo a ebullición sin remover para hacer un almíbar a punto de bola dura (116-119 °C). Si no tienes termómetro de cocina para altas temperaturas para saber si has llegado al punto, aparta la cacerola del fuego, sumerge la punta de una cucharade madera en el azúcar, sácala y deja caer un poco de azúcar en un vaso con agua un a temperatura ambiente/fría; al entrar en contacto con el agua el almíbar se enfría y queda como si fuera una goma, y si sujetas entre dos dedos puedes moldear como una bolita. Ese punto es el llamado “de bola dura”, y tu almíbar está listo. Si te pasas de tiempo el almíbar se queda escarchado, puedes añadir un poco más de agua y volver a recuperar el punto que estamos buscando.

Mezcla el almíbar con el coco mientras aún está caliente y remueve bien para que quede uniforme.

Derrite el chocolate blanco al baño maría en una olla de acero inoxidable, deja atemperar un poco e incorpora el coco y mezcla todo bien.

Para los moldes yo uso las bases de las propias cajas de turrón, que puedes comprar nuevas o reutilizar cajas de otros turones que hayas comprado. Fórralos con papel de aluminio o papel de hornear, rellénalos y déjalos caer golpeando contra la mesa, para que salga el aire y queden más planos. Mételos en la nevera varias horas hasta que endurezcan.

Desmóldalos, gira las barras y cúbrelas con el resto de chocolate blanco derretido (que tenías reservado para decorar), y dibuja el chocolate peinándolo con unas rasqueta especial o con un tenedor.

Resérvalo en la nevera hasta el dia de consumirlo, puedes prepararlo con antelación sin problema porque se conserva bien algunas semanas. Sácalo unos 20 minutos antes de comerlo para que tenga la consistencia ideal.