Para la base mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con 75 g de azúcar, hasta que quede con textura cremosa, añadimos un huevo y removemos bien de nuevo.
En otro recipiente mezclamos la levadura con la harina y lo tamizamos sobre la mezcla anterior, hasta que quede homogénea. Vertemos en un molde untado previamente con un poco de mantequilla y lo repartimos bien, cubriendo toda la base. La altura de la tarta dependerá de lo grande que sea el diámetro del molde, es recomendable usar uno más bien pequeño (20-22 cm) para que no quede una tarta demasiado delgada.
Para el relleno, separaremos las yemas de las claras de los dos huevos restantes, montaremos las claras a punto de nieve con la pizca de sal y reservaremos.
En otro recipiente blanquearemos las yemas con el resto del azúcar, mezclando bien hasta que quede una crema espumosa, añadiremos la crema de queso, el aceite y las claras, removiendo lentamente con movimientos envolventes para que no se baje la mezcla. Lo vertemos en el molde y lo cubrimos con las cerezas limpias y deshuesadas.
Hornearemos con el horno precalentado a 180º, unos 40 minutos. Si, a media cocción, vemos que empieza a dorarse demasiado, lo podemos cubrir con papel de aluminio.
