Como te comentaba, he usado la misma masa que para estas otras galletas especiales de Halloween, por lo que hasta el punto 3 comparten los mismos pasos. 

En un bol grande añade los siguientes ingredientes secos: la harina, el azúcar, la sal y el té matcha, todos ellos tamizados previamente, en especial el té matcha, que hace bastantes grumos y si no se tamiza no se disuelve bien. Remueve los ingredientes hasta que quede un color uniforme.

A continuación, añade los huevos y la mantequilla a dados a temperatura ambiente. Deberías sacarla de la nevera unos 30 minutos antes de empezar la receta. Aquí no valen atajos, no interesa calentarla en el microondas, es preferible que esté algo más dura que caliente, ya que con la temperatura de las manos acabará de ablandarse. Mezcla los ingredientes con las manos hasta que esté todo integrado, no hace falta dedicarle mucho rato; cuantas menos vueltas le des a la masa mejor, no hay que amasar para que no entre aire y se deformen las galletas en el horno.

Haz una bola con la masa y envuélvela en film. Déjala reposar un mínimo de 2 horas en la nevera. Este paso es imprescindible, cuando las galletas entran en el horno tienen que estar frías, si no, se deshace la mantequilla demasiado pronto y se aplastan, perdiendo la forma.

Para hacer la forma de la cabeza puedes usar un molde cuadrado para cortar galletas, o simplemente cortarlas a mano con un cuchillo delgado, que es como lo he hecho yo. Ve colocando los cuadrados en la bandeja del horno sobre un papel de hornear (o un tapete microperforado para galletas, si tienes). 

¡Con eso ya tendremos la base de las cabezas listas para empezar a personalizarlas!

Clava dos de los clavos en la parte inferior de cada cuadrado, presionando un poco, pero con cuidado que no se deforme la galleta. 

Puedes hacerle algún detalle, por ejemplo, yo he dibujado unas cicatrices con el cuchillo en algunas zonas donde estará la frente.

Mientras, enciende el horno con calor arriba y abajo, 200ºC.

Saca la bandeja de la nevera y ponla directamente dentro del horno. Baja la temperatura a 170ºC, y hornea las galletas unos 15-20 minutos.

Sácalas del horno, deja que reposen un poco en la bandeja, y pasados un par de minutos colócalas sobre una rejilla hasta que acaben de enfriar.

Funde el chocolate al baño maría o en el microondas, y déjalo atemperar un poco. Para hacer el pelo, sumerge un lado de la galleta en el chocolate. Si hay en exceso,  retira el sobrante con un palito de madera, y con la punta del mismo palito ve estirando el chocolate en triangulitos para hacer la forma del flequillo. Deja que se seque sobre el papel de hornear, ¡y a por el siguiente!

Mezcla el azúcar glas con unas gotas de agua, ve añadiendo agua muy poco a poco, y removiendo hasta que veas que se ha integrado, pero tiene que quedar muy espeso para poder trabajar con ello. Con otro palito de madera, coge un poco de mezcla de azúcar, y deja caer una gota generosa donde tienen que ir los ojos. Se secará al poco tiempo de estar en contacto con el aire, y los ojos quedarán en relieve.

Con el chocolate sobrante hacemos la pupila de los ojos, siguiendo el mismo proceso que con la mezcla de azúcar. Y también la boca, pintando con el chocolate una cicatriz.

Reserva la bandeja con las galletas en la nevera durante unos 15 min.

Para que se conserven mejor guardalas en un recipiente hermético, en un sitio fresco y seco. Si hace mucho calor, guárdalas en la nevera, para que no se funda el chocolate.