Con la llegada del calor, las ganas de playa, de piscina o de lucir un bonito bronceado nos pueden hacer olvidar el cuidado de la piel, algo que, de ocurrir año tras año, nos puede pasar factura provocando, por ejemplo, el envejecimiento prematuro de la piel. A veces nos preocupamos más de encontrar una crema milagrosa que nos alivie las marcas de la edad que de algo tan sencillo e importante como prevenirlas.
LA HIDRATACIÓN, MUY IMPORTANTE
Sabemos que debemos hidratarnos siempre, pero especialmente en verano, ya que el calor nos hace sudar más y, por tanto, perder más líquido.
Si eres de los que no consigue beber 2 litros de agua, ¡no te preocupes! puedes prepararte un zumo natural de naranja o tomarte un té (¡a mí ya me están entrando ganas de un té frío con hielo y limón!) para ingerir todo el líquido que tu cuerpo necesita.
Tomar alimentos ricos en agua como el pepino, la lechuga o el calabacín es también recomendable. Las frutas como la sandía, el melón, la piña, el tomate o la naranja contienen un alto contenido de agua (entre un 83 y un 92%) y además están deliciosas, ¿a quién no le apetece una buena ración de sandía fresquita cuando el calor aprieta?
LAS COMIDAS, MEJOR LIGERAS
En verano quemamos menos calorías que en invierno, por lo que es aconsejable tomar comidas ligeras para evitar un aporte calórico demasiado alto.
El pescado azul, las cremas frías como el salmorejo o la vichysoisse son buenas opciones para comer en verano. Los pescados y las carnes (sobre todo magras), mejor a la plancha, al papillote o a la brasa.
Recuerda que puedes añadir pasta o legumbres a tus ensaladas para hacerlas más completas y apetecibles, y cereales de grano entero o frutos secos para ayudar a evitar manchas en la piel, ya que contienen vitamina E.
FIJA EL BRONCEADO DESDE DENTRO
Hay alimentos que pueden favorecer la estimulación de melanina y, por tanto, el bronceado, ya que contienen betacarotenos; las frutas y vegetales de color rojo y naranja, como zanahorias, calabazas, naranjas, frutas del bosque o fresas contienen una gran cantidad de estos.
PASAR LAS HORAS BAJO EL LORENZO
La exposición solar debe hacerse con mucho cuidado porque la piel puede sufrir las consecuencias: quemaduras, arrugas… podríamos hasta sufrir un golpe de calor o una insolación, por lo que te recomendamos que, especialmente los primeros baños de sol (cuando la piel aún no está bronceada) sean cortos y en horas de menor radiación.
Por supuesto, es necesaria una crema de protección solar con un factor de protección solar (SPF) adecuado a tu piel y seguir algunas indicaciones:
- Media hora antes de exponerse al sol, aplica el protector por el cuerpo y la cara; durante la exposición, cada dos horas y después de cada baño.
- Recuerda que cuando paseas también necesitas proteger las zonas de tu piel expuestas ¡y que la radiación atraviesa nubes y ropa con transparencia!
- Comprueba que la crema de protección solar esté en buen estado; en general se recomienda comprar una nueva cada año porque suelen perder propiedades con el tiempo.
- Evita tomar el sol en las horas de mayor radiación solar (entre las 12h y las 16h).
- Recuerda llevar siempre la sombrilla o protegerte en la sombra para evitar golpes de calor. Llevar sombrero es una buena idea.
- Tus ojos también deben estar protegidos: asegúrate de que tus gafas de sol tienen un filtro UV homologado; de lo contrario, el ojo podría sufrir más daños que sin gafas.
- Mantente hidratado tomando mucho líquido (¡pero recuerda que el alcohol contribuye a la deshidratación!).
¿Y DESPUÉS DEL SOL?
Es aconsejable utilizar una loción after sun para recuperar la piel de las agresiones del sol. A diferencia de las cremas hidratantes, el after sun tiene un efecto calmante sobre la piel.
Si has sufrido quemaduras graves en la piel o tienes síntomas de insolación, acude al médico para evitar problemas más graves y recibir una cura.
Como ya sabes que somos amantes de lo natural, te enseñamos cómo hacer una loción after sun en casa con ingredientes fáciles de encontrar en el supermercado, en farmacias y en herboristerías.
RECETA DE AFTER SUN CASERO:
INGREDIENTES
- 2 bolsitas de infusión de menta
- 1 bolsita de infusión de manzanilla
- 1 bolsita de té verde
- ¼ de taza de gel de aloe vera
- 1 cucharada sopera de glicerina o de aceite de coco fraccionado
- 1 cucharada de vinagre de manzana
- 5 gotas de aceite esencial de menta
- 5 gotas de aceite esencial de lavanda
ELABORACIÓN
Pon a hervir 4 tazas de agua. Retírala del fuego y pon las bolsas de infusión y de té en el agua durante 10 minutos. Una vez retiradas, deja que la infusión se enfríe completamente. Pon 1 taza en una botellita de esprai (puedes guardar el resto en la nevera hasta 2 semanas).
Echa los demás ingredientes en la botellita y agita para mezclarlos bien.
Guárdalo en la nevera (¡verás qué bien sienta ponértelo fresquito en la piel!) y agita antes de cada uso.
La manzanilla, el té verde y el aloe ayudan a curar la piel dañada y la menta la alivia con su frescor.
Por último, te recomendamos que visites a tu dermatólogo si notas que las pecas o lunares de tu piel cambian de forma, color o tamaño.
Ya sabes, este verano ¡a lucir bronceado sin riesgos!
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