Ya has visto las galletas de Halloween que preparó Ari: los dedos de bruja y las cabezas de monstruo de Frankenstein. Para que completes el menú dulce de Halloween te enseño cómo hacer las típicas manzanas caramelizadas; una receta sencilla, rápida y resultona.
RECETA DE MANZANAS DE CARAMELO
Ingredientes
- Varias manzanas rojas
- Palitos de madera
- Zumo de limón
- 2 cucharadas de agua
- 300 g de azúcar
- 100 g de mantequilla
- Media cucharadita de colorante alimentario rojo
- Papel de horno
Elaboración paso a paso
- Antes de empezar a hacer el caramelo, hay que dejar las manzanas preparadas: lávalas, sécalas con un trapo, quítales el rabillo y clávales un palo de madera. El palo puede ser redondo como el que he utilizado yo, o plano, como los palos de polo.
- En un cazo pequeño, calienta el agua, el zumo de limón y el azúcar, a fuego lento, mientras remueves. Es importante remover lentamente todo el tiempo con una cuchara o espátula de madera porque es facilísimo que el caramelo se quede pegado al fondo del cazo si dejas de remover.
- Cuando esté el azúcar derretido, añade la mantequilla y sigue removiendo.
- Poco a poco el color del caramelo se irá tornando dorado; es el momento de añadir el colorante alimentario. Yo he usado un colorante rojo en pasta, porque tiene un color mucho más intenso que los colorantes líquidos. Si utilizas uno líquido, tendrás que añadir bastante cantidad.
- Cuando el caramelo está espeso y de color rojo intenso, es hora de caramelizar las manzanas.
- Retira el cazo del fuego y sumerge las manzanas, una a una, en el cazo. Si no es lo suficientemente profundo, puedes ayudarte de una cuchara para tirar un poco de caramelo por encima de la manzana.
- Cuando esté totalmente cubierta de caramelo, sácala y ponla sobre un papel de horno (este tipo de papel no se queda pegado al caramelo mientras se seca).
- Déjalas secar ¡y ya están listas para comer!
Ya ves que es muy fácil y rápido, ¡en menos de una hora las tendrás listas para disfrutar!
Un consejo: Para eliminar el caramelo que se quede pegado al cazo y a cualquier utensilio de cocina, solo tienes que dejarlo en remojo en agua caliente durante un ratito y el caramelo se desprenderá solo. ¡Así de simple!
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