Soy una apasionada de los objetos de diseño para la vida cotidiana, y las sillas (y taburetes y divanes y sillones…) son mi debilidad, así que te voy a contar la historia de algunas de las sillas más famosas.
Hoy hago un repaso de 5 sillas muy famosas en cuanto a diseño y que pertenecen a las primeras décadas del siglo pasado. Muchas de ellas las conocerás porque están muy de moda hoy en día, y otras seguro que las tienes tan vistas que jamás habrías pensado que son obra de algún gran arquitecto.
BUTACA WASSILY (ORIGINALMENTE B3)
Marcel Breuer (Hungría). 1925. Materales originales: Tubos de acero cromados y Ironcloth.
Las líneas simples y racionalistas de esta silla la han convertido en un clásico que perdura hasta nuestros días. Podemos encontrar esta silla en multitud de lugares, desde oficinas hasta salones de casas particulares.
El arquitecto y profesor de la Bauhaus la diseñó en 1925 de forma paralela a su trabajo en la escuela, aunque esta silla se utilizó en el edificio de Dessau de la misma.
Se dice que la silla, conocida como “Wassily” fue diseñada para el artista y profesor de la Bauhaus Wassily Kandinsky, pero lo cierto es que el nombre original de la silla, “B3” fue sustituido décadas más tarde por el nombre actual por la firma italiana que las fabricaba. Si bien es cierto que el artista, Kandinsky, quedó encantado con la silla y pidió una para su oficina de la escuela, no fue diseñada para él.
En las imágenes puedes ver el lugar donde se colocaron en la Bauhaus (en un pasillo en el puente del edificio), así como imágenes de interiores actuales de la silla en perfecta armonía con el resto de los elementos.
CHAISE LONGUE LC4
Le Corbusier (Suiza), Pierre Jeanneret (Suiza) y Charlotte Perriand (Francia). 1928. Materiales originales: Acero cromado sobre base niquelada, tela, piel, caucho.
El diván LC4 es una de las piezas más conocidas del arquitecto Le Corbusier, quien lo diseñó en colaboración con su primo Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand en 1928.
Se presentó al gran público en el Salon d’Automne de París como la “máquina para reposar”, en línea con los nombres con que Le Corbusier solía bautizar a sus creaciones (como “la casa para habitar” refiriéndose a la vivienda). Con ello quería significar que era un objeto que cumplía su función, no era una simple pieza decorativa.
La posibilidad de reclinar más el diván es una gran novedad en la época; la misma pieza permite mantener una postura incorporada o por el contrario, horizontal.
En aquel momento se comenzó a producir de forma bastante limitada, ya que, pese a tener una buena aceptación entre un público acomodado, generalmente más abierto de mente en cuanto a temas estéticos, los muebles con estructuras de tubos de acero aún no eran aceptados por la mayoría.
Es curioso ver cómo, con el paso de los años, consideramos iconos de modernidad y de perfección aquellos diseños que en su día llegaron a provocar rechazo.
SILLA BARCELONA
Ludwig Mies van der Rohe (Alemania). 1929. Materiales originales: Acero cromado, piel, caucho.
El gran arquitecto Mies van der Rohe es el diseñador de esta conocida silla, la silla Barcelona, llamada así por haber sido diseñada para la Exposición Universal de 1929 de esta ciudad.
El Pabellón Alemán, diseñado por el mismo arquitecto, alberga la exposición de esta silla, junto a una mesita auxiliar y una otomana a juego, y se puede visitar en la actualidad (aunque es una reconstrucción de 1983 del pabellón original).
La aparente frialdad del metal de las patas se contrarresta con unas suaves curvas y con la calidez del cuero de los cojines. En definitiva, una estructura básica y muy limpia -inspirada en las sillas romanas curul- que, junto al cuidado diseño de los cojines, probablemente a cargo de la diseñadora Lilly Reich, hacen de esta silla un objeto cuya modernidad perdura a través de las décadas.
Por lo general, las piezas de líneas sencillas y armoniosas resisten el paso del tiempo y consiguen que las sigamos considerando bellas y actuales pese a cumplir, algunas, más de 100 años.
TABURETE MODELO 60
Alvar Aalto (Finlandia). 1930. Materiales originales: Madera de abedul.
Este taburete, que forma parte de una familia de sillas y taburetes diseñados para la biblioteca municipal de Viipuri, en Finlandia, es el pionero de una estética totalmente nueva.
Un procedimiento desarrollado por el arquitecto permitió crear esta curvatura en la madera a base de láminas de madera contrachapada de abedul, una madera muy elástica utilizada ya por los finlandeses para fabricar esquís. Las láminas se superponen, se pegan entre sí, se curvan y después se prensan y se sierran a la medida necesaria.
A diferencia de las tres sillas anteriores de este post, Aalto no empleó metal, sino que eligió la calidez de la madera para esta serie de sillas y taburetes. En un principio el taburete se fabricó solamente en el mismo color de la madera, pero más adelante se han fabricado en variedad de colores.
Su estructura de tres patas ligeramente sobresalientes del asiento permite apilar estos taburetes fácilmente, por lo que vemos que ya desde entonces existía una preocupa
ción por la economización del espacio.
Dicen que cuando algo funciona, para qué cambiarlo… por ello es que la forma básica de este taburete ha sido empleada con ligeras variaciones a lo largo de los años, no solo por su versatilidad sino por su belleza y simplicidad.
SILLA B.K.F. (O BUTTERFLY)
Antoni Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy (España y Argentina). 1938. Materiales originales: Acero y lona o piel.
Los arquitectos argentinos Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy y el español Antoni Bonet, que se conocieron trabajando en la oficina de Le Corbusier en París, diseñaron una de las sillas más conocidas y utilizadas en la actualidad.
Esta silla, llamada de varias formas, A, Mariposa, Honda o B.K.F., destaca por su comodidad y por su poco común aparencia.
La estructura, de varillas de acero dobladas, tiene raíces en la silla plegable de madera patentada por Joseph Beverly Fenby en 1877 en Gran Bretaña.
El confortable asiento y respaldo, todo de una pieza, suele ser de lona o de piel, y su sencillez permite intercambiar el textil fácilmente, por lo que es muy común verla en diferentes acabados y estampados para adaptarse a su entorno.
Y ya que estoy, aprovecho para aconsejarte acerca de la decoración de tu casa: si quieres mantenerla actual con el paso de los años, opta por mobiliario que cumpla algunas características estéticas como sobriedad, armonía, simplicidad, neutralidad… tanto en la forma como en el color. Muebles en torno a los cuales puedas ir variando complementos y sigan manteniéndose tan actuales como el primer día.
Verás cómo amortizas la inversión 😉
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